Plagas del cultivo Cebolla

La producción española de cebolla es de 1.250.000 toneladas que se reparten en 24.000 hectáreas, siendo más de la mitad de la cosecha de cebolla de grano o valenciana. La principal producción se localiza en Castilla-La Mancha, especialmente en las provincias de Albacete y Ciudad Real, con 465.000 y 220.000 Tm respectivamente. El rendimiento medio del cultivo en regadío es de 54.000 Kg/Ha, cifra que varía en función de varios factores que reducen tanto la cantidad como la calidad de la producción. Algunos de estos factores son: fisiopatías, como el exceso de insolación durante el secado en campo, encañonado o subida a flor prematura, bulbos agrietados o dobles, etc.; enfermedades, entre ellas los hongos (mildiu, carbón, roya, antracnosis), las bacterias (Erwinia carotovora, Pseudomonas) y las virosis (Abigarrado de la cebolla u OYDV, mosaico del ajo o el virus I del pepino); y finalmente las plagas, tema que se aborda en este trabajo.

En este cultivo, por ser una hortaliza aprovechable por sus bulbos, adquieren una importancia primordial las plagas del suelo, que suelen alimentarse de las cebollas donde excavan galerías en su interior, heridas abiertas para la entrada de hongos y bacterias. La cosecha afectada queda depreciada comercialmente siendo destrío automático.

La mosca de la cebolla (Delia antiqua) es una de las principales plagas del cultivo. El adulto pone los huevos en el suelo, cerca de la planta. Tras la eclosión, las pequeñas larvas atraviesan el tejido vegetal para introducirse en el interior del bulbo, del cual se alimentan. Se combate mediante clorpirifos aplicado al suelo, tras detectarse la presencia de la plaga.

La polilla del puerro (Acrolepiopsis assectella) es un lepidóptero específico de liliáceas, que en fase larvaria también provoca daños en bulbos al practicar galerías en su interior. Además afecta a la parte aérea, al situarse dentro de la hoja para alimentarse del parénquima, pero respetando las los epidermis, asemejando sus daños a pequeñas ventanas transparentes en las hojas. Se controla con pulverizaciones a base de azadiractin o Bacillus thuringiensis desde la eclosión de las primeras orugas.

Varias especies genéricas del suelo provocan también daños en cebolla, como los gusanos del alambre (Agriotes segetum, A. lineatum) que son larvas de coleópteros que excavan galerías en los bulbos y dañan el sistema radicular, y los gusanos grises, (Agrotis segetum, A.ipsilon), larvas de lepidópteros que roen el cuello de las plántulas. La forma de lucha contra estas plagas es mediante la aplicación de clorpirifos en gránulos al suelo, mejor previa plantación (coincidiendo con alguna labor del terreno), especialmente si en la cosecha anterior se produjeron daños atribuibles a estos insectos.

El alacrán cebollero (Gryllotalpa grillotalpa) es un ortóptero que posee unas potentes patas con las que excava en el terreno destruyendo cualquier órgano subterráneo que encuentra a su paso. Además, a pesar de alimentarse de invertebrados, también lo puede hacer del propio cultivo. Se combate mediante aplicaciones de metiocarb en cebo aplicado directamente al suelo, materia activa que también controla caracoles y babosas.

El nematodo de los bulbos (Ditylenchus dipsaci) afecta a las raíces y a la cosecha al producir bulbos deformados, estallados por su parte inferior. Su simple presencia facilita la entrada de hongos y bacterias, tanto en campo como en post cosecha con el producto ya almacenado. Cuando la rentabilidad de la explotación lo permita se puede aplicar un nematicida específico que ofrece un buen resultado. Además varias prácticas como las rotaciones de cultivo con especies no hospedantes de la plaga o el barbecho son buenas medidas preventivas.

Entre las plagas de la parte aérea cabe señalar el trips de la cebolla (Thrips tabaci), que con sus picaduras deforma las hojas y debilita la planta, y de forma ocasional la araña roja (Tetranychus urticae). Solo cuando los ataques de trips superen el umbral de daño se aplicarán tratamientos en pulverización a base de piretroides autorizados (deltametrin o acrinatrin) o azadiractin.